Sean todos bienvenidos a la Iglesia Catedral de la Arquidiócesis de Santiago. El Techo Común de todos, que lleva el nombre del primer Apóstol que murió mártir por Cristo. En los últimos 470 años en ella hemos cantado nuestras alegrías, llorado nuestras tristezas, fortalecido nuestras esperanzas y despedido a nuestros muertos.
Al entrar, coronando la nave central, podemos contemplar la imagen de Nuestra Señora de la Asunción. Ella nos dice que todos estamos llamados a subir al cielo, a ganar el cielo, con la actitud del Padre Alberto Hurtado de “dar hasta que duela” y con la de Teresita de los Andes de ponerse totalmente en manos del Señor.
Encontrarán aquí las puertas siempre abiertas para orar, para perdonar, ser perdonados, y recibir el alimento perfecto para el alma: el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo.
La Catedral es la casa del Padre, de tu Padre, que espera siempre tu regreso.
Un abrazo fraterno,
Ms. Héctor Gallardo
Dean