El sábado 24 de mayo la Catedral abrió sus puertas a miles de visitantes que recorrieron el templo y participaron activamente de cada una de las originales propuestas culturales preparadas este año para celebrar el Día de los Patrimonios. Un trabajo de varias semanas del equipo de la Catedral que contó además con el invaluable apoyo de voluntarios para hacer realidad un día inolvidable.
Al llegar los visitantes se encontraron con diez pantallas que proyectaban en detalle cada uno de los 18 vitrales principales de la Catedral, con explicación de sus simbolismos y ubicación. Al avanzar diferentes propuestas iban cautivando a un público muy diverso pero conformado en su mayoría por gente joven.
Uno de los espacios más visitados fue la Sacristía de la Catedral , que ofrecía una exposición de ornamentos textiles de perfecta factura y ricos bordados hasta la simple pero simbólica casulla utilizada por el Papa Francisco en su visita a Chile.
Despertó mucho interés la explicación que el reconocido historiador Fernando Guzmán hiciera de La Tumba del León, monumento sepulcral de Mons. Rafael Valentín Valdivieso, en especial la simbología de la misma así como la posibilidad inédita de poder acceder visualmente a la cripta de dicho mausoleo.
En la Cripta tuvimos el lujo que el propio arquitecto a cargo del diseño y construcción, Rodrigo Perez de Arce pudiera recibir y conversar a los visitantes, que pudieron de primera fuente conocer sobre la historia de la misma, cómo se construyó, los materiales empleados entre muchas preguntas que el arquitecto Pérez de Arce constestó a los presentes.
En la Nave Central un espejo gigante sorprendió a todos con una visión inmersiva de los cielos de la Catedral, permitiendo conocer las pinturas de la bóveda obra de los pintores italianos Morras, Latanzzi y Galimberti.
El Maestro de Capilla de la Catedral, Danilo Rodriguez junto al musicólogo Juan Manuel Izquierdo hicieron una demostración de los órganos de la Catedral y como broche el Coro de la Catedral interpretó cantos gregorianos en un encuentro que lo tuvo todo.
Y por supuesto los más chicos también tuvieron su actividad que para sorpresa de los organizadores fue también del gusto de los jóvenes y no tan jóvenes: el Safari de la Catedral, la búsqueda de los animales que habitan el templo y su simbolismo.
Gracias a todos por visitarnos, por admirarse con este templo maravilloso que nos llena de orgullo y nos interpela a que lo cuidemos para las generaciones futuras.